UN SUEÑO
En una mañana de invierno, cuando me desperté y quise
bajar a desayunar, me di cuenta que no tenía piernas y que me había convertido
en un pez pequeño, que nadaba muy lento. Al principio, tuve miedo de no
volver a ser la chica que soy.
No tengo aletas y me muevo con una cola que se
enrosca. Las aguas donde vivo son tranquilas y cálidas. Estoy muy
cerca de la costa, entre las algas y utilizo mi cabeza para trepar por ellas. Mis
ojos miran cada uno para un lado y cambio de color según el sitio
donde esté.
Pero de repente me despierto y me doy cuenta que
estaba soñando y que me había convertido en un pececito muy parecido muy
parecido a un animal terrestre que me gusta mucho. Seguro que lo soñé porque
tenía frío cuando me dormí y las agua
estaban calientes.
Ahora estoy FELIZ, porque vuelvo a ser YO y tengo otra
vez mis dos piernas.
SANDRA LOPEZ
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